Hallado un Ju88 en Menorca.

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Molders
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Hallado un Ju88 en Menorca.

Mensaje sin leer por Molders » Jue Oct 08, 2015 3:34 pm

Un perdido Ju-88 amerizó en Menorca 24 de febrero de 1943, entre S’Algar y Alcalfar (Menorca). El avión, basado en Sicilia, había atacado objetivos en Argelia y se había desviado de su rumbo en la vuelta. Al ver el faro de la isla del Aire y prácticamente consumido el combustible trató de aterrizar, pero debido a la oscuridad la tripulación no pudo ver la pista del aeródromo de San Lluís. Los tripulantes amerizaron lo más cerca posible de una barca de pesca que recogió a los cuatro ocupantes.

Uffz. Walter Faulhaber - Piloto
Fw. Georg Pimmerlein - Observador
Uffz. Heinrich Kiener – Radio
Uffz. Heinz Esper - Artillero
Junkers 88 - A4
Wnr. 140474
4D+MN
II/Kg30 basado en el aeródromo de Comiso (Sicilia)

"Amanecía lentamente el 24 de febrero de 1943 tras haber permanecido trabajando en sus faenas de arrastre con la embarcación del bou denominada “Segundo Gaspar”, José Melsión, de la cual era patrón y que navegaba con su hermano Gaspar, hallándose también a bordo Joan Terrassa, un marinero al servicio de las motoras de la Mola, que se embarcaba con ellos los días en que se encontraba franco de servicio. En aquellos momentos venían navegando desde las costas de “migjorn”, como se conoce a la zona situada al sur de la Isla. Cuando se encontraban al través de la cala de Biniancolla pudieron observar un foco por encima de sus cabezas que rápidamente identificaron como procedente de un avión. Gaspar le dijo a su hermano que les estaba proyectando el haz de luz sobre ellos, pero éste le contestó que no era a ellos a quien enfocaba y, no dando mayor importancia al hecho, siguieron navegando en demanda del puerto de Maó. Cuando cruzaban el Pas de l’Aire observaron consternados que el avión que había encendido el foco caía al mar frente a ellos. Gaspar se lo indicó a su hermano y éste, una vez más, le contestó que seguro se lo estaba imaginando y que lo que pasaba era que lo había perdido ya de vista. Eran ya las seis de la mañana y la mar se encontraba en calma. Eran tiempos de plena guerra europea. Tanto insistió Gaspar que su hermano José decidió por fin y como precaución reducir la marcha de la embarcación y tan pronto se acrecentó el silencio comenzaron a escuchar gritos de gente que sin duda pedía ayuda y que se encontraban por su proa. Tras observar cuidadosamente el horizonte, no tardaron en descubrir a varios hombres que se encontraban a bordo de dos balsas por su proa. Gaspar: “La luna salía sobre el alba porque todavía era oscuro. Nosotros distinguíamos unos por aquí y otros más allá. Entonces se acercaron hasta donde nos encontrábamos y tan poco estuvieron a nuestro costado fueron subiendo precipitadamente y como podían a bordo. Nosotros les decíamos que lo hicieran un poco más hacia la popa pero ellos se ve que entendían que no queríamos que subieran y no se soltaban de ninguna manera. Y éso que la cubierta en aquella zona quedaba muy alta y estaba llena de pescado que se amontonaba junto a la borda, puesto que las capturas habían sido aquella noche muy abundantes y había de todo, de forma que no faltaban entre ellos los temidos ‘rascacios’, ‘arañas’ y ‘cabrachos’. Aquellos hombres ponían sus manos encima de la cubierta inconscientemente porque no los veían y aún así, a pesar de los dolorosísimos pinchazos que recibían, no se soltaban de ninguna manera. Se veía que apreciaban la vida y les aterrorizaba perderla”. Cuando se encontraron por fin en cubierta, por sus explicaciones les dieron a entender que venían de bombardear Argelia. Tales manifestaciones parece ser que no agradaron al piloto, que era un joven de no más de veinte años y se supone llevaba el mando de la tripulación porque inmediatamente hizo callar a todos sus compañeros. En total eran cuatro hombres. Por lo que pudieron o quisieron explicar, parecía ser que el avión había sobrevolado Menorca y cuando descubrió al pesquero, sus tripulantes debieron pensar que los marineros del mismo serían su salvación si planeaban sobre el mar, porque sin duda serían rescatados. Con esta premonición les alumbraron con su foco a fin de que los pescadores se percataran de su presencia y de la maniobra que se prestaban a realizar amerizando por delante de su rumbo. Gaspar: “Nosotros llevábamos a bordo encendido un fogón alimentado por carbón de cok para calentarnos. Entonces les ofrecimos comida caliente pero ellos tan sólo quisieron comer naranjas. Otra acción que llevaron a cabo en cuanto estuvieron a bordo fue entregarnos todas las armas que llevaban encima, pudiendo observar que uno de ellos estaba herido en una pierna, llevando alojada una bala. Parece ser que se dirigían a Mallorca y mientras volaban se quedaron sin gasolina en el depósito. Cuando sobrevolaban Menorca estaban convencidos de que lo hacían sobre la isla vecina”. El avión se encuentra aún hoy a pique frente a la costa de Alcalfar, sobre el rumbo Illa de l’Aire-Puerto de Maó, quizás un poco más hacia afuera, sobre una media milla de la costa. “Lo sé porque nosotros hemos enganchado en él en un par de ocasiones nuestros aparejos al estar arrastrando”. Tras haber dejado abandonadas a la deriva las balsas fueron recogidas por Jaume Reynés, otro pescador que acudía a calar sus redes por aquella zona. Cuando llegaron a puerto se dirigieron directamente a la Base Naval, con cuyo comandante los hermanos Melsión habían hecho buena amistad, teniendo en cuenta, además, que eran los propietarios de la barca que solía traer más pescado a puerto. “Pero dio la casualidad de que el hombre venía navegando al mismo tiempo desde Palma a bordo del ‘Rey Jaime II’ y también había seguido la maniobra realizada por el avión alemán. El vapor había llegado a puerto antes que nosotros y, el comandante, que se encontraba ya en la Base, cuando nos vio llegar nos preguntó si llevábamos a bordo a los aviadores. Nosotros se los entregamos y entonces dio la orden de que se les comprara ropa de vestir en la sastrería Obrador porque iban empapados y tras facilitarles los correspondientes pasajes, fueron embarcados en el vapor rumbo a Palma aquella misma tarde”. Por cierto que el cónsul de Alemania se encontraba precisamente aquellos días alojado en el Hostal del Almirante, en el puerto. El representante germano les hizo llamar aquella misma tarde para hacerles objeto de un homenaje por el salvamento realizado, en cuyo transcurso les fueron entregadas simbólicamente unas medallas. Con presencia de las autoridades de la Isla se largaron varios discursos e incluso se sirvió un ágape. A los marineros de la barca les dieron cien pesetas a cada uno como recompensa, mientras que al patrón, José, fueron doscientas. El cónsul también les dijo que no tenía en aquellos momentos las medallas, pero que las recibirían en los próximos días.

Gaspar Melsion: La verdad es que no las llegamos a ver nunca, al igual que tampoco ningún otro tipo de reconocimiento por escrito."

Aunque era conocido por algunos buzos, hasta septiembre de 2014 nadie lo había filmado y fotografiado, se encuentra en las coordenadas 39º49´5N y 04º18´2E a 47 metros de profundidad y el instructor de buceo David Marquès Campillo ha documentado el pecio frente a la costa de S’Algar, en Sant Lluís. Dos pescadores de pulmón libre, Gerard Pons y Avelino Pons, vieron los restos del avión y le facilitaron las coordenadas. Para dejar constancia del hallazgo, David Marquès y José Moreno han filmado el pecio.
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